lunes, 23 de julio de 2012

¿Es que ya ha pasado por aquí don Cristóbal?

Hola a todos!

Siendo las 4.50 am en Bogotá y habiendo llegado hace una horita y media, seguimos haciendo tiempo en la terminal hasta que amanezca y garantizarnos que nos atiendan en algún hostal. Ya intentamos alguna que otra vez que nos abran la puerta antes de las 7 am y no hemos tenido suerte.

¿Qué estuvimos haciendo estos días?

Bueno, Colombia es un país de lo más bonito, mucho verde, bosques, selva, mucha agricultura y ganadería, y obviamente muchas plantaciones de café.

Los primeros días en el sur de Colombia fueron interensates. Llegamos a Popayán, que es un punto medio estratégico para acomodarse y hacer un poco de planificación. De paso nos alquilamos unas bicicletas y nos fuimos en camión (sí claro, fuimos en camión y volvimos en bici) a unas piletas de aguas termales a unos 30 km. Nos bañamos, nos relajamos, nos bañamos y emprendimos la vuelta. A unos 8 km de Popayán se pincha la rueda trasera de mi bicicleta. Me dispongo a arreglarla con el kit bicicletero que me proporcionaron. Primero intento volver a inflarla para ver cuánto duraba inflada y nos enteramos que el inflador estaba roto. Deducción: para qué la voy a arreglar si no la puedo inflar. En fin, empezamos a caminar. Como estaba lloviendo un poco, uno empieza a pensar "qué más nos puede pasar?" pero no lo dice en voz alta porque vieron cómo son esas cosas, pasan. Resulta ser que las abejas deben escuchar lo que uno piensa porque un grupito nos atacó dejando como saldo entre 4 y 5 picaduras en cada uno (la escena fue desopilante). Todavía nos quedaba un tramo hasta la ciudad, hicimos dedo, nos llevaron. Nos quejamos en el hostal donde nos habían alquilado las bicicletas, nos cobraron menos.

De Popayán nos tomamos un colectivo a San Agustín, un lugar muy bonito para hacer algunas caminatas y ver un poco de arqueología. Hasta ahora en Colombia nos pareció que los lugares arqueológicos son para arreglarlos, cambiar las cosas de lugar, pintarlas ponerlas bonitas y mostrarlas de una forma no del todo original. Igual se puede disfrutar y vimos cosas que no habíamos visto ni en Perú, ni en Ecuador. 

VOLVIERON LAS FOTOS DE LA MANO DE LOS CELULARES




El paisaje en San Agustín

En el jeep contemplando

Tumbas, con sarcófagos. Estos tipos tenían unos cementerios de avanzada!! y por si fuera poco, también cremaban y ponían las cenizas en vasijas.

Hola!


En San Agustín hay cascadas bien altas

Muchas esculturas en piedra.


Si hay algo que debe tener poco Colombia es desiertos, pero nosotros nos las ingeniamos y terminamos en el Desierto de Tatacoa, donde armamos la carpa y pudimos ver muchas estrellas. También fuimos al observatorio y nos explicaron algunas cuestiones de astronomía y pudimos ver a Saturno con sus anillos en el telescopio. 
Parece pintado, pero es foto, les juro


Parece pintado, pero es foto, les juro

A la moda para pasear por el desierto




Parece pintado, pero es foto, les juro


Después encontramos la manera más larga y costosa de volver a Popayán porque habíamos dejado algunas pertenencias en el hostal y casi sin respirar nos tomamos otro colectivo a Cali. Pasamos por Cali sin pena ni gloria. El objetivo: Pasar una noche bailando salsa en el lugar de Colombia donde "HAY QUE BAILAR SALSA". El resultado: Una velada maravillosa en el hotel comiendo hamburguesas con papa fritas en la habitación y mirando tele!!!!. Sí, estábamos un poco cansados. Nos fuimos de Cali.

Dejando el sur de Colombia atrás nos vamos metiendo en el eje cafetero, llegamos a Armenia y nos fuimos derechito al PARQUE NACIONAL DEL CAFÉ. No estoy seguro de qué esperábamos encontrar en este lugar. Un Parque Nacional qué puede tener?, plantas, una oficinita con información, un guía capo que nos explique los detalles del arte cafetero, miles de hectareas para caminar. Bueno este parque nacional no es convencional. Este parque nacional tiene un parque de diversiones adentro -montaña rusa, kartings, teatro, etc- De todos modos tiene su museo del café, un recorrido donde se pueden apreciar variedad de ejemplares de plantas y un bosque de bambooes. También vimos un show de danza colombiana. Muy lindo todo.

Los colibríes en la reserva. Había de muchos colores
Volvimos a Armenia y nos fuimos a Salento, un pueblito de lo más pintoresco con su placita, iglesia. Desde ahí se va al Parque Nacional los Nevados. Nosotros hicimos una caminata sencillita hasta Acaime, una reserva de colibríes. También hay muchas Palmas gigantes (algunas de más de 60 mts). Este arbolito es el árbol nacional de Colombia.
Bueno, algo tenemos que comer, o no?
Ensalada Cesar para Juli, Medallones de Cerdo para PAlu.

Dónde está Juli?
En Salento también hay algunas fincas cafeteras. Nosotros visitamos El Ocaso donde nos explicaron el proceso del café y nos convidaron un tintito (claro, vino no, café).

Hasta ahora la comida Colombiana es la que más me gusta, a Juli le gustó mucho la de Perú, en la costa. Acá probamos el plato típico colombiano, la bandeja paisa:

Algo así

También cominos unas truchas y tomamos muchos jugos.

De vuelta a Armenia y nos tomamos el colectivo para Bogotá y ya estamos en la Capital de Colombia. Tenemos mucho para hacer acá!


Bueno, espero que estén todos bien, nosotros la estamos pasando de diez!

Les mandamos un beso enorme!!!


jueves, 12 de julio de 2012

La Revolución Ciudadana avanza...(y nosotros también)

Ese es el slogan del gobierno de Rafael Correa. Ese cartel esta en todas partes. En todas partes hay obra pública. Es el primer presidente con el que sentimos que las personas están contentas. Pero ya nos despedimos de Ecuador y llegamos a Colombia. Así que después les contamos sobre Santos.
La última vez que escribimos estábamos en Baños. Desde ahi nos fuimos a Latacunga. Un pueblito desde donde se hace la vuelta de Quilotoa. El primer día viajamos a un pueblito muy chiquito que se llama Insiliví. Tan chiquito que los anuncios  del pueblo se hacen con un amplificador. Dormimos en un hostal familiar y con esa familia charlamos mucho sobre Ecuador. Al día siguiente caminamos varias horas por unos lugares increíbles que nos condujeron a Chugchilan.  Ahi descansamos y jugamos mucho al ping-pong. Y el último día subimos desde 2800 metros a 4000 hasta el crater de Quilotoa. Y lo rodeamos hasta llegar a un pueblito desde donde pudimos volver a Latacunga.
Desde Latacunga, al día siguiente, salimos tempranísimo para la entrada del Parque Nacional Cotopaxi. Y otra vez a caminar. Subimos 800 metros por el volcán  hasta donde comienzan los glaciares. El paisaje fue hermoso y las nubes se corrieron para que disfrutemos de la vista  de la cima por un ratito.
Y para terminar un día agotador, como no conseguimos colectivos hasta Quito con lugar para cuatro personas, decidimos hacer dedo. A Palu y a mi nos tocó viajar en la caja de un camión :-).
Quito resultó hermosa. Más linda que Cuenca. Paseamos, comimos rico, nos paramos justito en la mitad del mundo, fuimos al teatro y a los museos. Pero en mi opinión, lo mejor de todo fueron las pinturas de Guayasamin en su Capilla del Hombre. Ver la pintura sobre las Madres de Plaza de Mayo y el retrato a Mercedes Sosa y los homenajes a Jara y a Allende y a Neruda y a todos los pueblos latinoamericanos nos conmovió muchísimo.
Desde Quito nos fuimos a Otavalo. A pasear por los mercados y comer tartas de fruta. Y desde ahí Tulcan, migraciones, Ipíales. Desde Ipiales nos fuimos hasta las Lajas a conocer un santuario muy famoso a una virgen que apareció pintada justo en un acantilado. Y ahí donde la encontraron, construyeron una basílica.

Y en estos momentos estamos esperando para tomar un colectivo a Popayan.

yyyyy esas fueron las noticias!

Un beso! Escriban algo así sabemos de ustedes!!

Juli

PD:Como habrán notado no hay fotos.... es porque me robaron la cámara en Quito. :-(. Todavía no le encontramos reemplazo.


domingo, 1 de julio de 2012

Ecuador, mi señor

Hola! La última vez que escribimos estábamos en Huanchaco. ¡Estamos lejísimo de ahi!

Después de unas lecciones de surf un poco dolorosas (porque el fondo del mar era de piedras, no de arena y porque la tabla cuando te choca pega muy fuerte) nos fuimos para Chiclayo. En Chiclayo nos tomamos un colectivo hasta las Tumbas Reales de Sipán. Un museo increíble. Construído a partir de lo que encontraron los arqueólogos en unas ruinas que contenían las tumbas de líderes mochicas. Mucho de lo que vimos representado en la ceramica y los murales moches encontró explicación en ese museo. Y el trabajo de los metales (oro, plata y cobre), de los pedacitos de conchas marinas, de los textiles de esta cultura nos dejo impresionados.
Un pedacito de un mural moche en Huaca de la Luna
Esa misma noche nos fuimos derechito a Máncora. Para despedirnos de Perú y recuperarnos de los golpes. Agua calentita. Pescado a la parilla. Langostinos barátisimos.
PAlu y  el mar
Desde ahí, un bus directo a Cuenca, Ecuador (que se convirtió en un minibus, un colectivo hasta la frontera y otro colectivo después). En Ecuador las personas agregan la frasecita "mi señor" al final: - Aquí tienen sus tickets, mis señores; - Ya llegamos, mi señorcito; - Disfrute de Cuenca, mi señor.Cuesta acostumbrarse, pero después de unos días casi que ni lo escuchas.
Cuenca es tan linda como nos contaron. Repleta de balcones y casas coloniales de colores. En el museo, en la sala de numismática aprendimos un poco de historia económica (despues de conocer la Argentina, la Boliviana y la Peruana, casi que podiamos adivinarla). Los días coloniales todavía duelen muchísimo en estos países. Están en el arte, en las ropas, en las monedas... en todos lados.
Mafalda en Cuenca
Cuenca desde arriba

Un pedacito de Cuenca
También conocimos el parque nacional Cajas (pero la lluvia nos ahogó un poco y no pudimos caminar mucho). Y fuimos a las ruinas de Ingapirca. Aprendimos sobre la cultura Cañari que las habitó y luego, obviamente, la Inca. Nota de color: La sociedad Cañari fue matriarcal!! 
Ingapirca. Al final el templo del sol Inca.
El siguiente destino fue Alausí. Fuimos para tomar el tren a Riobamba. Pero están arreglando las vías, así que solo pudimos hacer un paseo turístico hasta la Nariz del Diablo. Y aprendimos lo doloroso que fue la creación del ferrocarril que en sus mejores momentos unió Quito con  Guayaquil. Doloroso porque murió mucha mucha gente. Desde indios ecuatorianos hasta presos británicos.
En Alausí festejaban su cantonización (algo así como la creación del pueblo mezclada con el festejo al patrono), así que tuvimos show en la plaza y fuegos artificiales.
Una calle cerca de la estación en Alausí.
La Nariz del Diablo
Desde Alausí y despues de tomar tres colectivos llegamos a Baños. Es un lugar hermoso. Y el camino hasta aca fue más hermoso todavía. Las montañas repletas de pequeños sembrados. Quinoa de todos colores. Casitas en todas partes. Ayer hicimos 25 km en bici conociendos cascadas y comunidades que estan al lado del río. Y tambien entramos a un mariposario. Hoy hicimos un poco de trekking bajo la lluvia. Y creo que mañana seguimos viaje, despues de pasar por las aguas termales.


Baños desde Arriba



Sorpresa!!


 ¡Cuanto que escribí!¡Perdón!
Beso!!

Juli